Ayuda para la Obesidad

Ayuda para la Obesidad — ¿Cuál es el Problema?
Mucha gente está buscando ayuda para la obesidad, pero solo son bombardeados con novedosas dietas, consejos no deseados y el juicio de otros. Es obvio por qué tanta gente está buscando ayuda. De acuerdo a la Asociación Americana para la Obesidad, esta provoca por lo menos trescientas mil muertes cada año en los Estados Unidos y cien millardos de dólares en costos médicos. Países desarrollados, así como aquellos países del mundo que están más industrializados, tienen una creciente tasa de obesidad en su población, debido a los patrones de alimentación y a los estilos de vida poco saludables.

En su forma más simple, la obesidad es el exceso de grasa corporal. Frecuentemente produce importantes problemas de salud. Encontrar ayuda es muy importante, porque la obesidad está asociada con más de treinta problemas médicos¹.

Ayuda para la Obesidad — ¿Qué Puedo Hacer?
¿Qué puede hacer una persona para combatir la obesidad y encontrar ayuda y apoyo?

• Aprende o desarrolla un plan alimenticio nutricional y sé disciplinado al implementarlo.
• Selecciona alimentos que estén llenos de nutrientes y tengan menos calorías. Evita los dulces, las bebidas gaseosas y los almidones.
• Haz del ejercicio parte de tu día.
• Evita saltarte comidas

Ayuda para la Obesidad — Una Historia Personal
Cuando niño, recuerdo las advertencias de mis padres: “¡Despacio! ¡Mastica tu comida! ¡Solo una porción! Si continúas comiendo de esa manera, te vas a ver como fulano de tal”.

En edad temprana, me di cuenta que había un sentido de consuelo al comer. Compraba una rosquilla con mi dinero para la leche o robaba galletas durante la siesta de mis hermanos menores y mi mamá. Eso ha continuado con los años. Es posible que me puedas identificar.

He sido conocido por evitar asistir a las reuniones familiares o cualquier otra reunión, debido a mi peso. He perdido y ganado peso. He seguido dietas y me he empachado. Sin embargo, ya no me empacho y ya no hago dietas. ¿Cuál es mi secreto?

Lo que funciona para mí es ser balanceado en los alimentos que como y priorizar el ejercicio. El alimento no es como la droga o el alcohol. Nosotros no podemos dejar de comer. Tenemos una relación de veinticuatro horas al día, siete días a la semana, con la comida. Sin embargo, he comprendido que los principios de Dios se aplican a los alimentos, al igual que con cualquier otra cosa.

Por mucho tiempo, no supe lo que significaba estar satisfecho. Así que cuando dejé de comer, le pedí a Dios que por favor me mostrara cuándo había comido lo suficiente y que me permitiera tomar conciencia de no ir más allá. Ir más allá de la satisfacción, es lo que me mete en problemas… y eso es lo que me mete en problemas en todas las áreas de mi vida. Dios es muy fiel y eso sirve cuando lo pongo en práctica.

Lo más importante que ha servido para mí, es entregar esa parte de mí primero a Dios. Ya sea leyendo la Biblia u orando, me gozo en él.

Es Dios para la comida, es Dios para el dinero, es Dios para mí.

Ayuda para la Obesidad — Cambiar nuestra Perspectiva
¿Puedes identificarte conmigo en la historia anterior? Es posible que la comida se haya convertido en una manera de consolarte, de sanar tus emociones. Muy a menudo, el consuelo—comer, evita que nosotros aprendamos a resolver nuestros asuntos. Cambiar nuestro pensamiento resulta crucial. Piensa en las siguientes claves:

• Ora antes de comer. Pídele a Dios que te diga cuándo has comido lo suficiente.
• Comer hasta estar satisfecho, requiere que comamos más a menudo. No te sorprendas si estás comiendo aproximadamente cada dos horas, cuando te detienes al estar satisfecho.
• Preparar la comida con anticipación, ayuda a que nos aseguremos hábitos alimenticios balanceados.
• Ora para tener disciplina en tus hábitos de alimentación y ejercicio.
• Agradece a Dios por crear tu cuerpo (1 Corintios 3:16-17).