Plan de Jubilación — Prepárate
Cuando la mayoría de la gente considera un plan de jubilación, ellos piensan solamente en los aspectos financieros: se aseguran de tener el suficiente dinero y recursos para satisfacer sus necesidades. A menudo, los aspectos emocionales, físicos y espirituales de la vida, son ignorados. Toma en cuenta los siguientes consejos.
Plan de Jubilación — Prepárate Emocionalmente
La preparación emocional es esencial para un buen plan de jubilación. Necesitas un propósito, una razón para el retiro. “Mi esposo y yo amamos viajar, así que visitamos Maine, Nueva Escocia, las Cataratas del Niágara y Hershey, Pensylvania, en nuestro primer año de retiro. Además, pusimos como prioridad visitar a nuestros hijos varias veces al año. Amamos estar con nuestros nietos, especialmente en los días festivos. Siempre llevo suficientes de mis libros para dárselos a quienes puedan necesitar una palabra de aliento”.
Otro aspecto de la preparación emocional para el retiro, es el humor. ¡Ríete de ti mismo! La ciencia médica ahora reconoce que la mejor resistencia en contra de la enfermedad, es la risa. La Biblia dice: “Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos” (Proverbios 17:22).
Plan de Jubilación — Prepárate Físicamente
Prepararse físicamente es importante para el plan de jubilación. Comer alimentos nutritivos y ejercitarse, es esencial.
Plan de Jubilación — Prepárate Espiritualmente
Prepararse espiritualmente para la jubilación, es la clave para vivir la vida abundante de la que Jesús habló en Juan 10:10. Jesús dijo las siguientes palabras: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.
Una mujer jubilada escribió: “Mi esposo y yo nos retiramos de nuestras carreras en el 2004. Estamos disfrutando nuestra jubilación al máximo porque teníamos un plan. La vida terrenal es un tiempo de preparación, no solo para la jubilación, sino para la eternidad. A ambos nos gusta sentarnos junto al cálido fuego y leer y estudiar la palabra de Dios cada mañana. También estamos activos en la iglesia cantando en el coro y mi esposo es un ujier. Gozamos de la comunión con otros. Dios envió a su único y amado hijo para vivir y morir, para que seamos la cabeza y no la cola, el prestamista y no el prestatario. Depende de nosotros y nuestra relación con Jesucristo lo que determina cómo vivimos. Cuidar de nosotros mismos espiritual, emocional y físicamente, es la clave para gozar de nuestros años dorados”.
Para cumplir el propósito por el cual Dios nos creó, debemos mantener nuestros ojos puestos en convertirnos en la persona que Dios quiere que seamos espiritual, emocional y físicamente.
¿Eres un hijo de Dios? ¿Estás seguro de que irás al cielo cuando mueras? Si no es así, sigue leyendo.
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