Sobrellevar el Aborto Espontáneo

Sobrellevar el Aborto Espontáneo — No es Tu Culpa
Sobrellevar el aborto espontáneo implica entender los mitos que rodean la pérdida del embarazo. Muchos mitos en referencia al aborto espontáneo provocan que la dolida madre crea que la muerte de su hijo en desarrollo es su culpa. La mujer, entonces, debe sufrir una pesada carga que no debería llevar, ya que el aborto espontáneo habitualmente no ocurre como resultado de lo que una mujer haga. Es importante disipar estos mitos para aliviar los sentimientos indebidos de culpa que una mujer puede sentir por su pérdida.

Algunos de los mitos sobre el aborto espontáneo que más preocupan a las mujeres, son aquellos que culpan a la actividad física de una mujer por la pérdida del embarazo. Generalmente se cree que actividades tales como el ejercicio, relaciones sexuales, montar a caballo, viajes en avión, provocan un aborto espontáneo. Estos mitos, inherentemente también sugieren que el descanso en la cama ayudará a prevenir el aborto espontáneo. Es así que, cuando una mujer sufre un aborto espontáneo, es bombardeada con sentimientos de que ella es insuficiente (es una mujer que no puede llevar un embarazo a término) y de culpa (por supuestamente haber provocado el aborto espontáneo). Sin embargo, es importante recordar que durante un primer trimestre saludable, una mujer puede continuar con sus actividades físicas normales sin el riesgo de perder al niño en desarrollo. Por ejemplo, el ejercicio puede provocar contracciones uterinas. Cuando esto ocurre, las contracciones pueden ayudar a expulsar a un producto fetal no saludable, predestinado a terminar tempranamente. El ejercicio meramente hace que el aborto espontáneo suceda antes, ayudando al cuerpo a expulsar un embarazo que hubiese terminado de cualquier forma.

Sobrellevar el Aborto Espontáneo — Entiende los Mitos
Sobrellevar el aborto espontáneo es un proceso difícil y, debido a esto, muchos doctores recomiendan que las mujeres con un historial de abortos espontáneos, no realicen actividades físicas como las mencionadas anteriormente. La razón por la que los doctores a menudo recomiendan abstenerse de estas actividades no es porque los mitos sean ciertos. En realidad, los doctores ofrecen ese consejo para proteger a sus pacientes de la culpa de un aborto espontáneo recurrente. Incluso, a pesar de que el médico le asegure lo contrario, una mujer puede creer que su aborto espontáneo ocurrió debido a su actividad física. Absteniéndose de dicha actividad, la mujer que repetidamente sufre abortos espontáneos, se libera de albergar más culpa si ocurren subsecuentes abortos espontáneos.

Sobrellevar el aborto espontáneo puede resultar una tarea más difícil cuando se conoce que el uso de determinadas sustancias potencialmente provocaron la pérdida del embarazo. Muchas mujeres desconocen su estado hasta semanas o meses después de haber concebido. Durante este periodo de desconocimiento la madre puede haber abusado del consumo de sustancias (cafeína, tabaco, alcohol, drogas). El punto importante a recordar es que la mujer no estaba conciente de su estado y de que llevaba la vida de su hijo, y por lo tanto no debería sentir responsabilidad por el aborto espontáneo. En lugar de ello, estas mujeres deberían enfocarse en potenciales futuros embarazos y tomar la decisión de eliminar estos comportamientos para así reducir el riesgo de abortos espontáneos recurrentes.

Sobrellevar el Aborto Espontáneo — Recuerda que Dios También Ama a tu Bebé
Sobrellevar el aborto es más fácil cuando los demás validan el dolor de la pérdida de la madre. Desafortunadamente, en una sociedad que se encuentra debatiendo si un embrión o un feto clasifican como una vida humana, una madre no puede encontrar una validación adecuada a su pérdida. ¿Por qué una sociedad incierta sobre el estado de un feto, se compadecería de un aborto espontáneo de igual manera que por la muerte de un infante? Si el desaparecido no se considera un niño, ¿por qué el duelo? Sin embargo, muchas mujeres que han experimentado la pérdida del embarazo, aman a ese embrión o feto como a un hijo, aún por el corto tiempo que él o ella existieron. ¿Por qué debería sentir diferente una madre? La Biblia dice que dios valida a un niño como persona desde que comienza su vida en el vientre (Jeremías 1:5). Seguramente una madre — cuyo vientre lleva la vida que Dios conoce y forma — desarrolla entendimiento y amor por el niño dentro de ella.

En un Salmo, David le dice a Dios: “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos” (Salmos 139:13:16, NVI). Una mujer joven, luego de sufrir un aborto espontáneo a las nueve semanas de gestación, encontró consuelo en las palabras de David. Ella escribe: “Literalmente sostuve a mi bebé en la palma de mi mano, Mientras miraba su pequeño cuerpo — implorándole a Dios que me la devuelva — no pude evitar notar lo intrincado de sus ya formados dedos de la mano. Habían cinco al final de cada brazo, de tal manera que yo podía ver como había crecido delicadamente dentro de mí. Salmos 139 me recuerda que en cada paso de su desarrollo Dios la observaba maravillado. Él la “entrelazó” ¡Qué increíble! Me consuela el saber que él debe haberla amado tanto como yo la ame (y aún lo hago), yo como su madre, y él como su creador. El versículo 16 me ofrece más seguridad aún. Dios sabía todos y cada uno de los días que mi bebé tendría. Él sabía que ella tendría nueve semanas de vida dentro de mí. Dios estuvo de acuerdo con esa cantidad de tiempo y yo creo que puedo aceptarlo. Extraño terriblemente a mi bebé, pero sé que ella vivió cada día que le fue dado, desarrollándose como dios lo quiso. Y ahora ella está en el cielo con él y é puede abrazarla hasta que yo esté lista. Mi esposo y yo decidimos llamarle Ángel. Ella es nuestro Ángel en el cielo”.

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